Lectura: Lucas 24:44-49

Las secuoyas están entre los organismos más majestuosos y longevos de nuestro planeta.  Estos impresionantes árboles pueden crecer hasta los 90 metros (300 pies) de altura, además su peso llega a superar fácilmente una tonelada y su vida llega a alcanzar los 3000 años.

Pero, quizás la mayor clave de su éxito reside en algo que no se puede mirar a simple vista: sus raíces.  Aunque pueden tener varios metros de profundidad, su secreto reside en que las raíces se extienden hacia los lados entre 30 (98 pies) a 100 metros (330 pies), entrelazándose con las de otras secuoyas y soportando mutuamente su increíble peso y altura.

Quizás el sistema extensivo de las raíces pueda sorprendernos, esto podría considerarse pequeño si se compara con la historia, cultura y la expansión teológica que apoyan la vida de nuestro Señor Jesús.

Y este fue precisamente el desafío que Jesús le hizo a un grupo de religiosos: “Escudriñen las Escrituras, porque les parece que en ellas tienen vida eterna y ellas son las que dan testimonio de mí” (Juan 5:39).  Y lo ratificó en la sinagoga de Nazaret, cuando abrió el rollo de Isaías, leyó una descripción del Mesías y les dijo: “…Hoy se ha cumplido esta Escritura en los oídos de ustedes” (Lucas 4:21).

Incluso luego de resucitar, Jesús ayudó a sus discípulos a entender cómo las palabras de la Escritura mostraban que era necesario que sufriera, muriera y resucitara (24:46).

El tema central de la Palabra de Dios es Jesús, Dios mismo, quién nos creó, caminó entre nosotros, murió, resucitó y un día regresará para estar con nosotros para siempre.

  1. Sublime gracia es ver a Jesús enraizado en la historia y en las Escrituras, arraiga tus raíces en Él para que tu vida tenga un soporte eterno y puedas crecer a su lado fuerte y sano.
  2. La Biblia habla de Jesús, ¿por qué no empiezas a leerla hoy y el resto de tus días?

HG/MD

“Por tanto, de la manera que han recibido a Cristo Jesús el Señor, así anden en él, firmemente arraigados y sobreedificados en él, y confirmados por la fe así como han sido enseñados, abundando en acciones de gracias” (Colosenses 2:6-7).