Lectura: Salmo 86:1-17

Debemos tener mucho cuidado con la forma en la que nos percibimos, ya que si no somos realistas nos pareceremos a un hombre quien creía que era el mejor en el manejo de su arco y sus flechas, su “secreto” era que luego de lanzar la fecha contra la pared del granero donde practicaba, dibujaba un blanco alrededor de ella.

Es muy sencillo vivir haciendo lo que queremos pensando que sólo nuestros caminos y decisiones son las correctas, cuando en realidad nuestros tiros al blanco pueden estar totalmente desviados.  El autor del siguiente Proverbio es muy claro al indicarnos lo siguiente: “Hay un camino que al hombre le parece derecho, pero que al final es camino de muerte” (Proverbios 14:12).

En muchas ocasiones, podría parecernos justo buscar venganza, acumular dinero, buscar placer sin límites, responder mal con mal.  No obstante, los métodos de Dios son sin duda diferentes a los nuestros.  Con la ayuda de Dios podemos acertar en el blanco perfectamente con acciones como ayudar a otros, perdonar a nuestros enemigos, vivir para agradarle a Él en lugar de a nosotros mismos; nuestra vida debe reflejar las palabras del salmista: “Enséñame, oh Señor, tu camino, y yo caminaré en tu verdad. Concentra mi corazón para que tema tu nombre” (Salmo 86:11).

  1. Sólo con la ayuda de Dios, podemos apuntar al blanco correcto, de hecho, Él ha dibujado con pinceladas divinas las acciones que debemos seguir. Debemos ser obedientes y seguir los principios bíblicos aplicables para nuestro tiempo.
  2. Pidamos a Dios reflejar en nuestras vidas Su carácter y prioridades.

HG/MD

“Enséñame, oh Señor, tu camino, y yo caminaré en tu verdad. Concentra mi corazón para que tema tu nombre” (Salmo 86:11).