Lectura: Salmos 139:1-12
Luego de haber sufrido un grave accidente automovilístico y permanecer en estado crítico durante muchos días, inconsciente en una unidad de cuidados intensivos, abrió sus ojos para encontrarse con Sofia su amada esposa, quien apenas se había alejado de él durante sus días de hospitalización.
Aún bajo los efectos de los sedantes logró decirle unas palabras que salieron desde lo más profundo de su corazón: “Sofía, cada vez que pienso en ti, abro mis ojos y ahí estás, gracias por estar aquí”.
El sincero agradecimiento de este hombre, me recuerda la forma en la cual debemos sentirnos con respecto a la presencia de Dios en nuestra vida.
Dios siempre está allí. La presencia de Dios es continua, y por medio de ella hallamos consuelo y aliento para enfrentar los desafíos que se presentan. Él nos ha prometido que: “Nunca te abandonaré ni jamás te desampararé” (Hebreos 13:5) ¿Quién nos conoce completamente en realidad, sin máscaras? ¿Quién nos ama de forma total? ¿Quién dio Su vida por ti?
En el Salmo 139, el rey David nos compartió parte de lo que pensaba con respecto a su relación con Dios: “…tú me has examinado y conocido… Tú conoces cuando me siento y cuando me levanto… todos mis caminos te son conocidos…” (vv.1-3).
- Abre tus ojos y tu corazón; te darás cuenta que Dios siempre ha estado ahí.
- Sin importar la situación, debes estar seguro que Dios está a tu lado.
HG/MD
“Dios es nuestro amparo y fortaleza, nuestro pronto auxilio en las tribulaciones.” (Salmos 46:1).
Gracias por los devocionales son de gran bendición,el Señor te bendiga.