Lectura: Juan 4:10-26

Jesús es el maestro del evangelismo.  Observen su técnica.  Él inicia colocándose en una posición en la que necesita ayuda de otra persona.  “Dame un poco de agua.”  A las personas les gusta que les pidamos ayuda en algo, en vez de siempre tener todas las respuestas para la vida.  Jesús se humilla a sí mismo y le pide a esta mujer samaritana de beber.  Luego Él la involucra en la conversación diciéndole: “Si supieras lo que Dios puede dar, y conocieras al que te está pidiendo agua —contestó Jesús—, tú le habrías pedido a él, y él te habría dado agua que da vida.”  Jesús acá la está llamando a un “Ven y Ve”.  Él la invita al diálogo y luego le ofrece el regalo del agua de vida.  Esta mujer está ansiosa de aprender de dónde Jesús va obtener esta agua de vida ya que el pozo es muy hondo; así como Nicodemo sus ojos estaban puestos en el mundo natural y no en su necesidad espiritual.

 

Jesús luego le explica gentilmente que hay un mundo natural y uno espiritual.  En el mundo natural necesitamos agua del pozo y siempre la vamos a necesitar.  Pero el agua que Jesús ofrece “se convertirá en un manantial del que brotará vida eterna”.  Jesús ofrece “agua viva”, con la cual ella nunca más tendría sed.  Ahora esta mujer desea lo que Jesús tiene.  Jesús luego le da un giro a la conversación para decirle que Él es el agua que ella desea.  Que Él es el esposo que ella no tiene (Novio).  Esta mujer luego llama a Jesús “profeta” (Juan 4:19) y redirige la conversación hacia la adoración religiosa y las diferencias entre la religión judía y la religión samaritana.  Observa cuan perfectamente Jesús cambia la conversación de una religión a una relación.

 

Jesús le dice que Dios el Padre no está buscando adoradores religiosos sino verdaderos adoradores.  Dios está buscando a personas que estén dispuestas a tener una relación con Él y que le adoren en el poder y verdad del Espíritu Santo.  La mujer le responde: “Sé que viene el Mesías, al que llaman el Cristo. Cuando él venga nos explicará todas las cosas”.  La mujer está lista para la siega y Jesús le responde: “Ése soy yo, el que habla contigo.

 

  1. Toma algún tiempo hoy y medita en Jesús como “agua viva”. ¡Bebe de Jesús hoy!

 

  1. No tienes excusa, Dios ha presentado su argumento, Él es agua viva y tú estás sediento y Jesús es la única fuente de agua. ¿Qué harás? ¡Bebe de Jesús hoy!

SL/ME

 

Jesús: Agua de Vida. “Si supieras lo que Dios puede dar, y conocieras al que te está pidiendo agua —contestó Jesús—, tú le habrías pedido a él, y él te habría dado agua que da vida.” –Juan 4:10

Este devocional forma parte del estudio anual cronológico de la vida de Jesús: La Vida de Jesús, el cual llega a ustedes en alianza con Sonlife Classic.