Lectura: Génesis 19:12-25

Si una persona ve una casa arder llamas y hace todo lo posible por rescatar a sus ocupantes lo proclaman héroe.  Y así debería de ser.  ¿Por qué entonces, cuando un creyente que acepta lo que Dios dice en la Biblia acerca del infierno, y trata de advertir a las personas, lo ridiculizan como a un alarmista?

En Génesis 19, se relata el destino final de las ciudades de Sodoma y Gomorra, y de hecho las personas que habitaban en esas ciudades, tuvieron una reacción muy similar al ser advertidas.  Lot, el sobrino de Abraham, fue advertido por Dios de que Sodoma y Gomorra serían destruidas.  Apremió a los prometidos de sus hijas, para que se fueran de la ciudad, pero su súplica cayó en oídos sordos porque pensaron que Lot estaba bromeando (Gén.19:14).  Pero Lot estaba en lo cierto y el juicio llegó.

Uno de estos días, la ira de Dios será derramada de nuevo sobre los malvados e incrédulos de esta tierra.  Como creyentes seremos liberados de Su ira porque nuestros pecados han sido perdonados, si aceptamos el regado de salvación que nos ofreció nuestro Señor y Salvador Jesús.  Por lo tanto, tenemos la responsabilidad de hacer por otros lo que alguien hizo por nosotros: hacer la advertencia y sonar la alarma.  Hemos de compartirles a las personas que no han puesto su confianza en Jesús, de que la única manera en que pueden escapar del castigo eterno es confiar y poner su fe en el Hijo de Dios.  Puede que ridiculicen nuestro mensaje y hasta se rían de nosotros, pero eso no cambia los hechos.

  1. Sigamos trabajando para llevar a las personas a la seguridad que sólo se puede hallar en Cristo.
  1. El evangelio incluye tanto una bienvenida como una advertencia.

NPD/RWD