Lectura: Salmos 54:1-7

Un amigo me contó que a su hijo y a él los invitaron sus jefes a pasar el fin de semana para esquiar en una cabaña que tenían frente al lago.  La idea le pareció muy buena porque en su juventud había tenido la oportunidad de aprender.

Cuando llegaron fueron de inmediato al lago, su hijo estaba muy emocionado porque a él le encantaba esquiar cada vez que podía.  Así que emprendieron su aventura en el lago, su hijo fue el primero que intentó, pero cada vez que arrancaba la lancha se caía, así que cuando llegó el turno de mi amigo, ya había perdido toda la confianza, se decía a sí mismo que si su hijo quien era más joven y había practicado más, no le había ido bien, a él de seguro le iría muy mal.

Cuando su jefe le vio la cara de asustado, le dijo: tranquilo, vamos a ir muy lento, yo voy a ir contigo y vamos a repasar todos los pasos para no perder el equilibrio, lo más importante es que tienes que recordar que la lancha te halará y te levantará, así que toma con firmeza la cuerda.  Siguiendo la recomendación, dejó que la lancha hiciera su trabajo y se aferró a la cuerda con todas sus fuerzas; haciendo esto pudo disfrutar de su paseo esquiando por aquel hermoso lago.

Cuando las situaciones te golpean y las circunstancias hacen que te caigas continuamente, lo primero que tienes que hacer es dejar que Dios te hale y te levante con Su poder (Salmos 54:1-4).  Luego, sujétate fuertemente de Su mano, aférrate a Dios (Efesios 6:10), Él estará ahí para guiarte y darte las instrucciones que necesitas para continuar adelante con tu vida, así que habla con Él diariamente y estudia Su Palabra.

  1. Confía en Su poder y mantente en Él, solamente así encontrarás la fortaleza para levantarte y seguir tu camino, Él siempre está ahí a tu lado.
  2. “Pero los que esperan en el Señor renovarán sus fuerzas; levantarán las alas como águilas. Correrán y no se cansarán; caminarán y no se fatigarán” (Isaías 40:31).

HG/MD

“Por lo demás, fortalézcanse en el Señor y en el poder de su fuerza” (Efesios 6:10).