Lectura: Salmos 119:9-24

Me encanta ver a las vacas en el campo, rumiando. Pero, ¿qué es rumiante? ¿Y por qué pasan tanto tiempo masticando?

Las vacas primero llenan sus estómagos con la hierba y otros alimentos. Luego se toman su tiempo  masticando, y la tragan.  Luego ellas traen la comida de regreso desde el estómago y la vuelven a masticar, esto se repite varias veces, con este proceso asimilan completamente los nutrientes del alimento y como resultado transforman lo digerido en rica leche.  ¿Algunos dirían que toma mucho tiempo?  La respuesta es sí.  ¿Es una pérdida de tiempo? No, si quieren disfrutar de una buena leche.

La palabra «rumiando » puede utilizarse para describir el proceso de reflexión profunda. El autor del Salmo 119, hablando figurativamente, realizó una gran cantidad de masticado mental mientras leía la Palabra de Dios.  ¡No existe espacio para la comida rápida cuando hablamos de la Biblia! Si seguimos su ejemplo y realizamos una cuidadosa lectura de las Escrituras y oramos, nos comprometemos a:

– He guardado tu palabra en mi corazón, para no pecar contra ti. ( v.11 ).

– Estudiaré tus mandamientos y reflexionaré sobre tus caminos. Me deleitaré en tus decretos y no olvidaré tu palabra. ( vv.15 – 16 ) .

– Abre mis ojos, para que vea las verdades maravillosas que hay en tus enseñanzas. ( v.18 ) .
– Tus leyes me agradan; me dan sabios consejos. ( v.24 ) .

1. La reflexión profunda y sincera implica más que simplemente leer la Biblia y creer en Él.  Es la aplicación de las Escrituras a la vida diaria.

2. La Palabra de Dios no está destinada a ser la comida rápida. Tómese el tiempo para masticarla. Sea un creyente saludable, no trate a la Biblia como a un bocadillo o entremés.

NPD/JY