Lectura: Juan 3:1-15

Jesús es visitado antes de marcharse de Jerusalén por un dirigente de los judíos, su nombre es Nicodemo.  Nicodemo posiblemente observó las señales de Jesús en el templo o formó parte de los que se preguntaban de donde había tomado Jesús tanta autoridad para purificar el templo.  Nicodemo aceptó el reto de Jesús de “Ven y Ve” a través de sus señales: “Rabí —le dijo—, sabemos que eres un maestro que ha venido de parte de Dios, porque nadie podría hacer las señales que tú haces si Dios no estuviera con él.

Jesús inicia la conversación con Nicodemo con “cosas celestiales” acerca de la fe y del Espíritu Santo.  Le dice a Nicodemo que debe nacer de nuevo.  Este hombre no le comprende, ya que está pensando en términos humanos.  Jesús le explica que debe nacer por segunda vez, pero espiritualmente, por el Espíritu de Dios.  Le dice a Nicodemo que es un acto de fe, por esto utiliza como ejemplo el viento.  Como humanos no podemos observar el viento, pero quizá lo podemos escuchar, vemos su poder para mover las ramas de los árboles, o lo sentimos sobre nuestro rostro.  Sabemos que el viento existe aunque no lo podemos ver, porque lo podemos escuchar, lo sentimos y vemos el movimiento que causa.  Es lo mismo con el Espíritu de Dios, no lo podemos ver, pero lo podemos escuchar, sentir y ver el movimiento que causa en el mundo.

Luego Jesús lleva a Nicodemo hacia una historia del Antiguo Testamento en Números 21:4-9.  Quizá alguno de los dos había enseñado sobre este pasaje de la escritura temprano en los atrios del templo.  En esta historia, las personas están reclamándole a Dios acerca de la comida que les ha provisto gratuitamente.  Por esta razón Dios les envía serpientes venenosas para que los mordieran y murieran de esta forma las personas desagradecidas.  Moisés como líder, le ruega a Dios por misericordia y Dios le dice “Hazte una serpiente, y ponla en un asta. Todos los que sean mordidos y la miren, vivirán.”  Moisés hace según las peticiones de Dios y levanta el asta.  Todos aquellos que vuelvan a ver la serpiente de bronce serían sanados inmediatamente.  Jesús le dice a Nicodemo: “Como levantó Moisés la serpiente en el desierto, así también tiene que ser levantado el Hijo del hombre, para que todo el que crea en él tenga vida eterna.”  Jesús está hablando nuevamente de su muerte como ofrenda para sanar a las personas y darles vida eterna.

  1. Toma unos minutos el día de hoy y medita en Jesús siendo levantado como sacrifico para sanar y dar vida.
  1. Agradece a Dios porque en realidad Él no tenía la obligación, ni el deber de ser el sacrificio por nuestros pecados, dale hoy toda la gloria que Él merece.

SL/ME

Jesús: Levantado.  “Como levantó Moisés la serpiente en el desierto, así también tiene que ser levantado el Hijo del hombre, para que todo el que crea en él tenga vida eterna.” –Juan 3:14-15

Este devocional forma parte del estudio anual cronológico de la vida de Jesús: La Vida de Jesús, el cual llega a ustedes en alianza con Sonlife Classic.