Lectura: Lucas 10:25-37

Cuando se le preguntó a Fred Rogers, presentador de múltiples premios televisivos, sobre la razón de su éxito, este en lugar de centrarse en sí mismo y en los reconocimientos por su carrera pública, habló con los reporteros sobre el por qué estamos aquí en esta tierra, no para amasar grandes fortunas, o ganar premios o para hacerse de un gran nombre.  Las cosas importantes, son los pequeños actos  de la vida que diariamente hacen que nuestro mundo sea un poco mejor.

¿Es eso lo que consideramos importante en nuestros días?  ¿Consideramos las cosas pequeñas lo suficientemente importantes como para interrumpir nuestros planes, reorganizar nuestros calendarios y utilizar parte de nuestros ingresos en actos de caridad.

En la parábola del buen samaritano (Luc 10:29-37), el Señor nos muestra un hombre considerado para época como una persona radical socialmente y teológicamente, al mostrar su misericordia  a una persona que estaba herida.   Jesús alabó a aquel hombre de origen samaritano y dijo que había realizado un acto de extraordinaria bondad para un necesitado.

Según nuestro Señor y Salvador, el mundo es nuestro vecindario, y todas las personas que hay en él son nuestro prójimo, a quien debemos amar, como nos amamos a nosotros mismos.

  1. Hoy es una buena oportunidad para mostrar amor, misericordia y bondad, por alguien en necesidad.
  1. Nuestro amor por Cristo será tan real, como sea nuestro amor por nuestro prójimo.

HG/MD

“Él dijo: El que hizo misericordia con él.  Entonces Jesús le dijo: Ve y haz tú lo mismo” (Lucas 10:37)