Lectura del día: Lucas 3:3-6, Mateo 3:1-4, Marcos 1:1-6.

Juan el Bautista emerge del desierto donde ha estado viviendo por algún tiempo. Es posible que Juan fuera parte de la comunidad de los “Esenios“. Hay muchas razones por las que podemos pensar que esto sea así. Primero, porque sus padres ya eran muy ancianos (Lucas 1:7), y es posible que haya quedado huérfano a una edad temprana. Los Esenios frecuentemente adoptaban a los huérfanos. Sabemos que Juan ha pasado tiempo en las tierras salvajes y desérticas de Judea y los Esenios se asentaron en la zona de Qumrán, en el desierto de Judea, frente al Mar Muerto.  Juan y los Esenios compartían una visión de un Mesías sacerdotal y una visión conjunta de Isaías 40:3. Tanto Juan como los Esenios llevaban una dieta muy limitada y silvestre, además se abstenían de todo tipo de excesos. Marcos 1:6 dice: “La ropa de Juan estaba hecha de pelo de camello.  Llevaba puesto un cinturón de cuero, y comía langostas y miel silvestre”.  Ambos practicaban la purificación del pecado a través de lavamientos o bautismos en el agua.

Cuando Juan llega a escena en el registro bíblico, él ha estado en el desierto y obviamente ha escuchado de Dios y tiene una misión. Él es el que Dios ha escogido para preparar a la gente.  En Lucas 3:4 se nos dice de Juan, “…Una voz clama en el desierto: Preparen el camino del Señor y enderecen sus sendas”.  Juan tenía un llamado único en su vida, preparar a las personas para la venida del Mesías. Aunque Dios le había dado ciertas pistas, todavía no le había revelado quien exactamente era el Mesías. Leemos en Juan 1:33: “Yo no lo conocía; pero el que me envió a bautizar con agua me dijo: Aquél sobre quien veas que el Espíritu desciende, y que permanece sobre él, es el que bautiza con el Espíritu Santo”.   No es hasta que Juan bautiza a Jesús que él descubre su verdadera identidad de Mesías.  Por supuesto, Juan sabía que Jesús era su familiar, pero no que Él era el Mesías hasta que vio el Espíritu descender sobre Él y permanecer.

  1. Considera el rol de Juan en la vida de Jesús, como el que prepara el camino, y cómo somos llamados a anunciar el pronto regreso del Mesías.
  1. Así como Juan debemos estar dispuestos a ser esa voz que clama por compartir las buenas nuevas del Señor con el mundo, aunque no nos quieran oír o nos desprecien, algunos sí escucharán.

SL/ME

Jesús: El Señor. “Así está escrito en el libro del profeta Isaías: “…Una voz clama en el desierto: Preparen el camino del Señor y enderecen sus sendas” -Lucas 3:4 (RVC)

Este devocional forma parte del estudio anual cronológico de la vida de Jesús: La Vida de Jesús, el cual llega a ustedes en alianza con Sonlife Classic