Lectura: Filipenses 4:8-13
Aquel día planeamos este viaje a un valle para pasar algunos días en familia; el valle se encontraba en medio de las montañas, por lo que cuando caminamos hacia la parte más baja del valle, las nubes y la niebla cubrían el suelo como un manto atrapando el aire helado bajo capas más cálidas.
Pero, si tan sólo subes las montañas unos minutos por una carretera, sales de la niebla y emerges a la calidez y el resplandor de un día de sol, puedes mirar hacia abajo y ver las nubes que envuelven el valle, y observarlo desde un punto de vista diferente, ambas vistas son asombrosas y bellísimas.
La vida a veces es así. En ocasiones las circunstancias parecen rodearnos con una neblina que el sol no puede penetrar; sin embargo, la fe es la manera de elevarse por encima del valle; y se nos desafía a lo siguiente: “…busquen las cosas de arriba” (Colosenses 3:1). Al hacerlo, el Señor nos permite elevarnos por encima de las situaciones adversas y encontrar valentía y tranquilidad. Como escribió el apóstol Pablo: “he aprendido a contentarme con lo que tengo” (Filipenses 4:11).
Podemos salir de la tristeza y las penumbras, sentarnos en la ladera de la montaña y mediante Cristo quien nos fortalece (Filipenses 4:13), obtener una nueva perspectiva que también nos permite gozarnos en esos momentos.
- Señor, a pesar de los valles oscuros sé que el sol finalmente aparecerá, por lo que descanso en tu amor por mí.
- La fe nos permite elevarnos por encima de nuestros temores y vivir con gozo.
HG/MD
“No lo digo porque tenga escasez pues he aprendido a contentarme con lo que tengo” (Filipenses 4:11).





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