Lecturas: Marcos 16:19-20; Lucas 24:50-53; Hechos 1:3-11

El momento había llegado, sus tareas estaban cumplidas, así que un día, estando en Betania y luego de 40 días entre ellos, Jesús reveló sus últimas instrucciones a los discípulos: no debían alejarse de Jerusalén, pues en 10 días más sería el día de Pentecostés, fiesta en la cual recibirían la promesa del bautismo con el Espíritu Santo (Lc. 11:13; 24:49; Jn. 7:39; 14:16). Aunque ellos no lo sabían en ese momento, a diferencia de como sucedía en el Antiguo Testamento, el Espíritu Santo permanecería en los creyentes (Efesios 1:13; 4:30; 1 Corintios 3:16).

Luego de decirles esto, no se nos dice quién pero alguien preguntó algo muy natural: “¿es ahora cuando vas a restablecer el reino a Israel?” Dicho en otras palabras: ¿será pronta tu segunda venida?  La respuesta del Señor fue directa más no grosera. Este es un asunto divino, y en su soberanía y sabiduría, tan sólo a Él le compete ese tipo de decisiones así como el momento para revelarlas.

Jesús también les recuerda su misión, deber y privilegio de ser mensajeros del mensaje más maravilloso de todos los tiempos: somos pecadores y merecemos la muerte; pero tenemos una opción, creer y tener fe en el sacrificio sustitutivo del Señor quien llevó nuestro pecado, murió y resucitó por nosotros; tan sólo necesitamos reconocer nuestra condición de pecadores y aceptar su regalo de amor (Juan 3:16).

Dicho esto, Jesús fue llevado a las alturas hasta perderse en medio de las nubes para reencontrarse con el Padre.  Inmediatamente dos ángeles aparecen delante de ellos y les reconfortan con una profecía que aún está por cumplirse: “¿qué hacen aquí mirando al cielo? Este mismo Jesús, que ha sido llevado de entre ustedes al cielo, vendrá otra vez de la misma manera que lo han visto irse”

  1. Muchas más cosas pasaron luego de esta penúltima aparición de Cristo, las cuales están descritas en el libro de los Hechos, y las demás cartas que se escribieron luego y que forman parte del Nuevo Testamento, mediante las cuales se fueron aclarando los planes de Dios para ese tiempo y para el nuestro.
  1. Es importante que como creyentes, no estemos demasiado preocupados por los tiempos finales, sobre los cuales Dios tiene completo control. En lo que si debemos estar ocupados es en compartir el hermoso evangelio de nuestro Señor y en ser verdaderamente seguidores de Cristo, pescadores y hacedores de discípulos (2 Cor.5:18-19).

MD/HG

Jesús: Asciende para encontrarse con su Padre. “Ellos, entonces, lo adoraron y luego regresaron a Jerusalén con gran alegría. Y estaban continuamente en el templo, alabando a Dios.” Lucas 24:52-53

Este devocional forma parte del estudio anual cronológico de la vida de Jesús: La Vida de Jesús, el cual llega a ustedes en alianza con Sonlife Classic.

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