Lecturas: Mateo 8:2-4, Marcos 1:40-44, Lucas 5:12-15

 

Jesús ha tenido cuatro Expediciones de Pesca.  La primera,  fue en la sinagoga en Capernaúm, que dio como resultado un sólo convertido.  La segunda, en la casa de Simón en Betsaida, muchos creyeron en Jesús y fueron sanados, liberados de la potestad de las tinieblas.  La tercera, fue en la orilla del lago en Genesaret, donde dejaron los peces para las personas hambrientas y Jesús llama nuevamente a Pedro como discípulo.

 

Jesús continúa sus Expediciones de Pesca y va a través de Galilea llamando a no creyentes al “Ven y Ve”, a los creyentes con el “Sígueme”.  También continúa equipando a su equipo de ministerio y llama a los nuevos creyentes maduros al: “Vengan, síganme, y los haré pescadores de hombres.”  En su viaje llegan a un pueblo del que no se nos indica su nombre y son recibidos por un hombre cubierto con lepra.  La ley mosaica manda que “La persona que contraiga una infección se vestirá de harapos y no se peinará; con el rostro semicubierto irá gritando: «¡Impuro! ¡Impuro!», y será impuro todo el tiempo que le dure la enfermedad. Es impuro, así que deberá vivir aislado y fuera del campamento.” -Levítico 13:45-46

 

De la nada aparece un hombre en harapos, despeinado y con la parte de abajo del rostro cubierta gritando “¡Impuro! ¡Impuro!”.  La multitud de personas, así como los discípulos se dispersaron, dejando a Jesús sólo frente al leproso.  Él se arrodilló frente a Jesús, con el rostro sobre el suelo y le rogó: “Señor, si quieres, puedes limpiarme.”  Jesús lleno de compasión lo toca, algo que no se podía hacer, y le dice: “Sí quiero. ¡Queda limpio!”  Inmediatamente fue sanado.

 

  1. Cuando nadie más podía ayudar a este hombre, Jesús lo toca. Todos conocemos a personas en nuestra sociedad que se consideran intocables. ¿Puedes pensar en alguien así?  Jesús ama tocar lo intocable y resolver los casos que parecen perdidos e imposibles

 

  1. La compasión de Jesús para tocar lo intocable de nuestro mundo, nos debe hacer pensar sobre nuestra forma de tratar a nuestros semejantes despreciados.

 

SL/ME

Jesús: El Compasivo.  “Movido a compasión, Jesús extendió la mano y tocó al hombre, diciéndole: Sí quiero. ¡Queda limpio!” Marcos 1:41.

Este devocional forma parte del estudio anual cronológico de la vida de Jesús: La Vida de Jesús, el cual llega a ustedes en alianza con Sonlife Classic.