Lectura: Hechos 17:19-31

Quizás uno de los desafíos más grandes que enfrenta la iglesia, es comunicar el mensaje de las buenas nuevas a un mundo cada vez más indiferente, y que está poco interesado en temas de fondo como es su destino eterno, esto debido que viven para el hoy y el ahora.

Es por esto que debes pensar en maneras creativas para vincularte con personas que normalmente no son receptivas al evangelio, y una de estas herramientas que puedes usar es el “bilingüismo”; no te preocupes no estamos hablando de aprender un nuevo idioma.

Con esto nos referimos a intentar construir puentes hacia los demás por medio de asuntos con los que te puedas relacionar fácilmente.  Por ejemplo: música, deportes, familia, presiones de la sociedad, se puede conversar sobre miles de temas que te permiten relacionarte teniendo un propósito; si las personas te oyen “hablar su idioma”, sin utilizar palabras deshonestas, ni dejar que te arrastren a su mundo, pronto aparecerá el momento cuando el Señor abra una ventana de oportunidad para hablar de la fe.

Un ejemplo de la aplicación de esta estrategia lo encontramos en Hechos 17.  Mientras el apóstol Pablo visitaba el Areópago, en Atenas, le habló a una cultura totalmente secular citando a poetas griegos paganos como punto de partida para transmitir valores espirituales.  Les dijo lo siguiente: “en él vivimos, nos movemos y somos”. Como también han dicho algunos de sus poetas: “Porque también somos linaje de él” (Hechos 17:28).

La forma en la cual el apóstol Pablo se dirigió a aquellas personas fue conociendo lo que leían, es un ejemplo de lo que tú también puedes hacer, con ello podrías tener un impacto mayor en la evangelización, al vincularte con las personas conversando sobre temas que pueden aceptar sin inconvenientes.

  1. ¿Estás tratando de alcanzar con el evangelio a un vecino o a un amigo? ¿Por qué no tratas de usar la estrategia del bilingüismo?
  2. Construye puentes hacia otros para compartirles las maravillas que has encontrado al lado de Jesús.

HG/MD

“He aquí, yo los envío como a ovejas en medio de lobos. Sean, pues, astutos como serpientes y sencillos como palomas” (Mateo 10:16).