Lectura: 1 Corintios 12:12-27

Entre los animales de pata hendida, tales como las cabras y ovejas, existe una enfermedad muy contagiosa llamada glosopedia o fiebre aftosa. Dentro de los síntomas de la enfermedad, destacan sobre todo las ampollas que salen en la boca de los animales y entre las pezuñas, las cuales son muy dolorosas, esto hace que los animales no coman y que se les dificulte caminar, lo que provoca que reduzcan de peso rápidamente y pierdan musculatura.  Actualmente, en la mayor parte del continente americano, esta enfermedad está erradicada debido a las medidas preventivas que oportunamente se tomaron.

No obstante; una enfermedad que también afecta pies, boca y otros miembros, sigue afectando espiritualmente a las iglesias con niveles epidémicos.  En nuestra lectura devocional en 1 Corintios 12, leímos acerca de ello, esta enfermedad se presenta cuando los creyentes, quienes somos comparados con el cuerpo de Cristo, empezamos a compararnos unos con otros y a envidiar las funciones de los demás miembros.  Puede ser que un pie se sienta insatisfecho porque desea tener la capacidad que tiene la boca para expresarse, o la boca puede sentir que no puede llevar al cuerpo donde requiere ir.  ¿Qué pasaría si todo el cuerpo fuera oído o si todo el cuerpo fuera boca?  Cuando un creyente se contagia de este tipo de enfermedad, pierde su apetito espiritual y se vuelve ineficaz para el servicio del Señor.

Como creyentes, hijos e hijas de Dios, hemos sido diseñados de forma única y hemos sido colocados en el Cuerpo de Cristo para cumplir con sus propósitos divinos.

  1. Cada uno de los miembros es vital para el buen funcionamiento de todo el cuerpo; de la misma forma cada uno de los creyentes es vital para el Cuerpo de Cristo. Al cumplir con nuestro propósito particular, damos gloria a Dios y la armonía se respira en su iglesia.
  2. En una iglesia saludable sus miembros se respetan y valoran unos a otros.

HG/MD

“De manera que, si un miembro padece, todos los miembros se conduelen con él; y si un miembro recibe honra, todos los miembros se gozan con él” (2 Corintios 12:26)