Lectura: 2 Corintios 3:5-18

Te has preguntado alguna vez cual es la meta de Dios para tu vida.  El autor Max Lucado, lo expone de la siguiente manera: “Dios te ama como eres, pero se niega a dejarte así.  Él quiere que seas como Cristo”.

Las palabras de Lucado implican un principio muy importante en la vida de todo creyente: cambiar; pero a menudo tendemos a creer que ese cambio no es posible.  Al hacer eso empezamos a crear muchas excusas, como: “yo siempre he sido así”, “no puedo, lo he intentado tantas veces”.  ¿Qué impide que cambiemos?  ¿Qué obstaculiza que seamos más como Cristo? (Romanos 8:29).

Lucado también nos cuenta la siguiente historia, en su libro Como Jesús: “una mujer muy rica que vivió hace 100 años, era extremadamente tacaña con su dinero, por lo que sus vecinos se sorprendieron cuando puso electricidad en la casa.  Semanas más tarde, la persona que leía el medidor eléctrico de su casa, notó que la señora usaba muy poca electricidad y le preguntó: “¿Está usando su energía eléctrica?”  “Claro”, le contestó ella, “todas las noches enciendo las luces el tiempo suficiente para prender mis velas; luego apago las luces”.

Si has puesto tu fe en Jesús como tu Salvador y Señor, también estás conectado a la mejor fuente de energía: el Espíritu Santo (2 Corintios 3:18); por lo tanto, no debes conformarte con encender las “velas espirituales”, o dar lugar a viejos hábitos pecaminosos, realmente tienes al Sol de justicia con energía eterna a tu lado (Malaquías 4:2).

  1. Necesitas permitir que el Espíritu Santo transforme tu vida y te haga más como Cristo.
  2. Solo el poder de Cristo puede transformar tu vida.

HG/MD

“Por tanto, todos nosotros, mirando a cara descubierta como en un espejo la gloria del Señor, somos transformados de gloria en gloria en la misma imagen, como por el Espíritu del Señor” (2 Corintios 3:18).