Lectura: Hechos 1:1-11

Una de las escenas que más me cautivaban de las Escrituras, es cuando el Señor ascendió a los cielos.  Puedo imaginarme como se levantó lentamente de la tierra con una mirada de amor y con sus manos extendidas como forma de bendición.  Una de las preguntas que me he hecho es por qué el Señor decidió hacerlo de esa forma, de manera visible, en lugar de desaparecer instantáneamente como lo hizo varias veces después de su resurrección (Lucas 24:31; Juan 21:1-14).  Otra de las preguntas ha sido dónde está el cielo y qué estará haciendo Jesús en este preciso momento.

Ante la pregunta del por qué Jesús desapareció de forma visible, algunos han dicho que fue para declarar el hecho de que estaba terminando su ministerio terrenal y por lo tanto sus discípulos no lo volverían a ver.  Había pagado el precio por el pecado (Romanos 5:8), había derrotado a Satanás (Hebreos 2:14) y acabado con el poder de la muerte (Apocalipsis 1:8); les había dado a sus discípulos toda la evidencia e instrucción que ellos necesitaban para continuar con su misión (Hechos 1:1-3).

Pero, es mucho más que esto, subió al cielo para dar dones a los hombres (Efesios 4:8), envió al Espíritu Santo (Hechos 2:33) para que fuera nuestro intercesor (Romanos 8:34), abogado (1 Juan 2:1), y con esto asumir su papel como cabeza de la iglesia (Efesios 1:20-23).

Y que hay sobre la pregunta ¿dónde está el cielo?  Cuando era niño pensaba que estaba a muchos kilómetros de la tierra en un lugar muy apartado del universo, pero ahora por el contrario pienso que está muy cerca. Pasa igual que con la lucha espiritual que nos rodea (Efesios 6:10-12), aunque no la podemos ver porque se da en un lugar que nuestros ojos físicos no pueden ver, sabemos que Jesús está ahí y que un día también podremos acompañarle (Juan 14:2).

  1. ¡Cuán maravilloso es tener un Salvador que ascendió a los cielos!
  2. Pero es aún mucho mejor tener un Salvador que regresará (1 Tesalonicenses 4:13-18).

HG/MD

“Y les dijeron: Hombres galileos, ¿por qué se quedan de pie mirando al cielo? Este Jesús, quien fue tomado de ustedes arriba al cielo, vendrá de la misma manera como le han visto ir al cielo.” (Hechos 1:11).