Lectura: 2 Timoteo 3:14-17
Un amigo tiene una bonita tradición navideña con sus hijos Kara y Daniel; además del regalo convencional, se dan un regalo adicional al que le llaman: “Regalo de familia”. Cada regalo tiene dos objetos iguales que pueden ser desde: libros, devocionales, Biblias, marcadores con versículos, juegos, etc. La idea de este regalo doble, es que uno se comparte en familia, y el otro es para regalarlo a uno de sus amigos. Esto ha llegado a ser tan importante para ellos que ambos ansían año a año este tiempo para compartir como familia y con otros, enseñándoles la importancia de ser cada día mejores personas.
Alentar a nuestros hijos a ser buenos padres y madres, es uno de los mejores regalos que podemos hacerles y nunca es demasiado temprano para iniciar, y es aún mucho mejor si lo que hacemos es equiparlos con la Palabra de Dios mientras todavía son jóvenes o niños, para que puedan compartir con otros el mensaje de salvación.
El apóstol Pablo escribió que “desde la niñez” su aprendiz Timoteo había conocido “las Sagradas Escrituras” (2 Timoteo 3:15). Adicionalmente, menciona la “fe no fingida” de la madre y la abuela de Timoteo (2 Timoteo 1:5). Esa fiel enseñanza e influencia espiritual, ayudaron a desarrollar a Timoteo para que fuera un hombre quien buscaba a Dios como su guía.
La Biblia es nuestro recurso más rico para ayudarnos a criar hijos que conocerán y amarán a Jesús. Nada es más esencial que “las Sagradas Escrituras” para equiparlos y así puedan estar listos cuando lleguen los desafíos de la vida.
- ¿Qué estás haciendo para que las personas de la próxima generación sean “sabios para la salvación por medio de la fe que es en Cristo Jesús”? (2 Timoteo 3:15).
- Tienes una responsabilidad para con los más pequeños y jóvenes, obsequia a alguien un regalo que no espera y que le sirva para su vida diaria, ¿por qué no le regalas una Biblia?
HG/MD
“Lo que oíste de parte mía mediante muchos testigos, esto encarga a hombres fieles que sean idóneos para enseñar también a otros” (2 Timoteo 2:2).