Lectura: 2 Reyes 4:38-44
Muchas veces la única manera en que Dios puede enseñarnos un principio bíblico, es cuando tomamos un paso de fe; y esto fue exactamente lo que les sucedió a Eliseo y a su siervo.
Israel pasaba por un tiempo de escasez y hambruna, y fue en ese momento que Eliseo decidió dar un paso de fe, al compartir los 20 panes que acababa de recibir (2 Reyes 4:42-44). Al ver esto, su siervo cuestionó la decisión por creer que era carente de lógica, ya que 20 panes no alcanzarían para saciar el hambre de 100 personas.
Eliseo nuevamente le ordenó a su siervo que alimentara a sus compañeros profetas, añadiendo la promesa de que a pesar de esa “escasa” provisión ante sus ojos humanos, “Comerán, y sobrará” (v.43), debido a la providencia divina.
Y efectivamente Dios cumplió su Palabra: “y comieron, y sobró, conforme a la palabra del Señor” (v.44). Algo similar sucedió durante el ministerio terrenal de nuestro Señor Jesús, al alimentar a más de 5000 personas con tan sólo cinco panes y dos peces pequeños (Juan 6:1:14). Estos dos ejemplos ilustran el principio divino de que cuando Dios nos da, nos puede dar más que suficiente.
Puede suceder que cuando Dios nos llama para que cumplamos una determinada tarea para Su obra, nos sintamos poco preparados o indignos para realizarla; o pensar que Dios no proveerá económicamente para su obra; sin embargo, es ahí cuando debemos detenernos y orar: “Señor, tan sólo tengo simbólicamente cinco panes y dos peces, pero confío en que tu sabrás como usarlos y usarme para tu gloria”.
- Cuéntales a otros tus metas. Si necesitas prepararte, existen muchas formas para conseguir educación a costos muy bajos; por ejemplo, pide a otros con más experiencia que te enseñen.
- Nunca serás digno del Señor, es por ello que siempre necesitarás confiar primeramente en Dios, quien gracias a su divina misericordia proveerá a su debido tiempo.
- Dios es la fuente de todo cuanto tenemos y necesitamos para Su obra, confía y Él proveerá lo que en verdad necesitas.
HG/MD
“Y a aquel que es poderoso para hacer todas las cosas mucho más abundantemente de lo que pedimos o pensamos, según el poder que actúa en nosotros” (Efesios 3:20).