Lectura: Nehemías 4:1-3, 10-18

Las paredes dividen y es por eso que se construyen, pero ¿será siempre así?  Tomemos como ejemplo la Gran Muralla China, la cual se empezó a construir aproximadamente en el siglo III a.C., y su objetivo fue muy claro, mantener alejadas a las tribus que buscaban saquear el territorio chino.

En el máximo momento de su expansión esta línea de defensa se extendió por casi 8.000 kilómetros, serpenteando por todo el territorio asiático, y a pesar de los años muchos de sus tramos aún siguen en pie.  Como contraste, el muro de Berlín mantenía dentro a las personas en vez de mantenerlas afuera, y con su destrucción en el año 1989, las familias, amigos y conciudadanos volvieron a unirse y celebraron esta reunificación.

En nuestra lectura devocional, leímos con respecto a otro muro que sirvió para reunir a las personas.  Dios le había encomendado a Nehemías que reconstruyera el muro alrededor de Jerusalén.  Este tipo de muro era esencial para la protección, pero había sido destruido con la invasión de Babilonia.  En el tiempo de Nehemías muchas personas se opusieron e intentaron sabotear la reconstrucción (Nehemías 4:7-8), así que este hombre de Dios decidió que estratégicamente debía mantener a la mitad de las personas trabajando, mientras que la otra mitad mantenía guardias para evitar un ataque sorpresivo.

El otro objetivo de este muro era unir a su pueblo; al trabajar en equipo, su unidad se hizo más fuerte (Nehemías 3).  Cada uno de los miembros del equipo aportaba sus talentos y habilidades, al combinarlos podían lograr mucho más de lo que hubieran hecho de forma solitaria, esta es una muy buena lección para nosotros en nuestras iglesias, trabajos, educación y familia.

  1. Nuestros talentos son dones que Dios nos ha provisto, usémoslos para construcción y no para destrucción. Trabajamos mejor, cuando lo hacemos juntos ya que nos hace más fuertes.
  2. Reunirnos es tan sólo el comienzo, mantenernos unidos es un gran avance, pero trabajar juntos es un éxito indudable.

HG/MD

“Así reedificamos la muralla, y fueron unidos todos los tramos de la muralla hasta la mitad de su altura; porque el pueblo tuvo ánimo para trabajar” (Nehemías 4:6).