Lectura: Mateo 6:25-34
Nos preocupamos mucho cuando a un amigo que estaba recién casado, le anunciaron en su trabajo que en un par de meses tendrían que cerrar operaciones dejándolo sin trabajo en esta etapa tan importante de su vida, con una hipoteca que pagar y un nuevo hogar que mantener.
Oramos con su esposa y le pedimos a Dios su guía y ayuda para que mi amigo pudiera salir adelante; nos alegramos cuando un mes después, recibió una oferta de trabajo en otro lugar, con un poco menos de salario, pero con oportunidades para crecer en la empresa.
Resulta muy sencillo entrar en pánico cuando te enfrentas a una situación complicada, como la pérdida de un empleo, una enfermedad repentina o una situación familiar difícil.
Sin embargo, lo mejor que puedes hacer al enfrentar este tipo de situaciones es orar y pedirle a Dios su misericordia y guía, para tomar las mejores decisiones haciendo tu mejor esfuerzo.
Y así en todas las áreas de tu vida, puedes depositar sobre Dios toda tu ansiedad, porque Él tiene cuidado de ti como su hijo e hija (1 Pedro 5:7), y lo importante de esa confianza es apoyarla con trabajo duro, pues todo lo que hagas debes hacerlo como para el Señor, y eso implica esforzarte siempre en todo momento (Colosenses 3:23-24).
- Si las preocupaciones te están asfixiando, debes recordar que tienes a tu lado a un Dios Todopoderoso quien te guiará para tomar las mejores decisiones, si dejas que Él tome el control de tu vida.
- Confiar es un ejercicio continuo de fe.
HG/MD
“Más bien, busquen primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas les serán añadidas. Así que, no se afanen por el día de mañana, porque el día de mañana traerá su propio afán. Basta a cada día su propio mal.” (Mateo 6:33-34).