Lectura: 2 Timoteo 3:10-17

Desgraciadamente, múltiples estudios han llegado a la misma conclusión: “La Biblia es el libro más vendido, menos leído y menos comprendido de todos”, lo cual implica que, a pesar de su alta presencia en nuestras casas, la ignorancia bíblica sigue siendo muy grande.  Es muy triste pensar que a pesar de que creemos que la Biblia es un libro fundamental para nuestro crecimiento espiritual, no la leemos.

En una encuesta reciente, el 64% de los encuestados dijeron que estaban demasiado ocupados para leer la Biblia.  El hogar promedio posee al menos 2 Biblias, y todos los que tenemos teléfonos celulares, podemos descargar gratuitamente aplicaciones que contienen múltiples versiones de las Escrituras en varios idiomas; no obstante, menos de la mitad de las personas en los Estados Unidos puede decir cuál es el primer libro del Antiguo Testamento. En la misma encuesta al menos un 12% de las personas que se identificaron con el cristianismo, dijeron que la esposa de Noe era Juana de Arco.

La solución para saber estas y otras preguntas es simple: debemos leer la Biblia.  Hoy es el último día del año que termina, y mañana, si cuentas con la misericordia divina, te desafiamos a leer la Biblia completa en un año.  Te tomará tan sólo entre 10 a 15 minutos al día seguir una de las guías de lecturas bíblicas anuales que hemos puesto a tu disposición en nuestra página web:  www.midevocional.org ¿Estás demasiado ocupado para hacer eso?

El objetivo de que tomes este desafío, no es simplemente tener más información en tu cabeza, sino que empieces a dejar que la Palabra de Dios te transforme; el apóstol Pablo resumió este proceso en 2 Timoteo 3:16: “Toda la Escritura es inspirada por Dios y es útil para la enseñanza, para la reprensión, para la corrección, para la instrucción en justicia”.

  1. La Palabra de Dios es un regalo precioso de nuestro Señor, así que leámosla cada día durante todo el año.
  2. Mientras más lees la Biblia, más aprecias su mensaje, y mientras más la aprecias, más amas a Dios.

HG/MD

“Toda la Escritura es inspirada por Dios y es útil para la enseñanza, para la reprensión, para la corrección, para la instrucción en justicia” (2 Timoteo 3:16).