Lectura: 2 Timoteo 1:1-10

En la mayoría de saludos de sus epístolas, el apóstol Pablo incluyó las palabras “gracia y paz”.  Además de esto, en las epístolas a Timoteo y a Tito, también incluyó una palabra más: “Gracia, misericordia y paz de parte de Dios el Padre y de Cristo Jesús nuestro Señor” (2 Timoteo 1:2).  Para entender mejor la importancia de estas palabras, veamos sus implicaciones:

Gracia, es el don que nuestro Dios santo nos otorga y que por supuesto como pecadores no merecemos. El libro de los Hechos 17:25 nos enseña lo siguiente: “él es quien da a todos vida y aliento y todas las cosas”.  Su gracia incluye todo lo que no podemos medir, como nuestra respiración y su presencia en nuestras vidas aun en las horas más tristes, en las cuales nos proporciona la fuerza necesaria para soportar.

Misericordia, significa que Dios no nos da el castigo que en realidad nos merecemos.  Un ejemplo claro de esto es lo dice el libro de Lamentaciones 3:22: “Por la bondad del Señor es que no somos consumidos”.  Esa es la misericordia de Dios en acción, y que no podemos pagar ni con todo el dinero del mundo.

Paz, es un regalo que Dios concede a sus hijos e hijas.  Nuestro Señor y Salvador Jesús nos dijo en Juan 14:27 lo siguiente: “La paz les dejo, mi paz les doy. No como el mundo la da yo se la doy a ustedes”.  Es esa sensación indescriptible que nos tranquiliza aun en los peores momentos, porque Dios tiene el control.

Pablo quiso que sus lectores recordaran y entendieran en sus corazones, la profundidad de esas palabras en sus vidas. Hoy al igual que ayer, Dios quiere que entiendas que tan sólo en Él puedes encontrar Gracia, Misericordia y Paz.

  1. Tengamos ánimo; como creyentes podemos estar seguros de que el Señor siempre estará con nosotros.
  2. Gracia, misericordia y paz de Dios, pueden parecer palabras sencillas, pero cuando lo piensas ¿qué más puedes desear en esta vida?

HG/MD

“Pero Dios, quien es rico en misericordia, a causa de su gran amor con que nos amó” (Efesios 2:4).