Lectura: Hechos 3:17-26

¿Qué te resulta más restaurador? ¿Una buena noche de descanso, una taza de una bebida caliente en un día frío o una bebida refrescante en un día caluroso?

Al hablar del refrigerio en las Escrituras se tienen muchos matices, tanto físicos como espirituales, por ejemplo, cuando lees que Dios le mandó a su pueblo Israel descansar un día a la semana para que también tuvieran tiempo de alabarlo (Éxodo 23:12).  Además, habla de la frescura que te brinda el agua luego de un día de actividad física (Jueces 15:18-19); la tranquilidad que transmite la música suave (1 Samuel 16:23); o las palabras de ánimo que puedes recibir de parte de otra persona cuando estás en problemas (2 Timoteo 1:16).

También, durante su discurso en Hechos 3:19, Pedro le habla a su pueblo para que se arrepientan “de modo que de la presencia del Señor vengan tiempos de refrigerio”.  Estas palabras calaron muy fuerte en los corazones del pueblo que las escuchaba, porque muy dentro de ellos, estaba encendida la llama de la esperanza y vivían tiempos muy difíciles debido al dominio romano.

En estos tiempos difíciles que vivimos, también puedes experimentar tiempos de refrigerio que aquieten tu corazón, mediante el estudio de las Escrituras, la oración constante, el gozo de compartir con otros que también comparten tu fe, y un sin número de acciones que puedes realizar, cantar tu canción favorita, ver y oler la flor favorita del jardín, disfrutar con tus seres queridos dando gracias por las muchas bendiciones que recibes del Señor.

  1. ¿Estás atribulado o triste? Tranquilízate, busca al Señor, Él está al alcance de una oración; también recuerda, no tienes por qué estar sólo, busca la compañía de buenos creyentes que te acompañen en tu situación particular.
  2. Esta semana pide menos y agradece más a Dios.

HG/MD

“Y todo lo que hagan, háganlo de buen ánimo como para el Señor y no para los hombres” (Colosenses 3:23).