Lectura: Juan 13:1-17

Ángela, era la única hija de sus padres, quienes habían muerto por causas naturales pues la habían tenido a una edad muy avanzada. Ahora, a sus 45 años había enviudado, era madre de dos hermosas niñas de 8 y 10 años.  Pero las tragedias no terminaron ahí, tan sólo dos años después fue diagnosticada con ELA (Esclerosis Lateral Amiotrófica), enfermedad que la había dejado muy limitada en sus movimientos, y necesitaba urgentemente ayuda.

Fue ahí cuando el grupo de damas de una iglesia local cercana, saltó a la acción, hicieron un horario entre todas y comenzaron a darle atención y cuidado durante el día: la bañaban, alimentaban, cuidaban de sus hijas, y oraban con ella.

Ángela nunca había sido especialmente espiritual y tenía un fuerte conflicto en su interior, ya que no entendía por qué Dios había permitido todas estas tragedias en su vida; sin embargo, tampoco entendía por qué estas mujeres estaban haciendo esto casi sin conocerla.  Finalmente, después de algún tiempo comprendió que Dios había estado con ella durante cada una de estas duras situaciones en su vida, luego de algún tiempo Ángela partió a la presencia del Señor y sus hijas fueron adoptadas por una de estas mujeres, quienes, aunque ella había fallecido, seguían demostrando el ejemplo de amor que Jesús tiene para con nosotros.

No podemos negar que Jesús mostró visiblemente el amor de Dios cuando estuvo en esta tierra.  Al inclinarse para lavarle los pies a sus discípulos, Él les estaba enseñando humildad; el pago por sus milagros y enseñanzas fue el odio de algunos.  Murió como un criminal en una cruz romana.  Todos y cada uno de sus actos reflejaron el amor de Dios, por eso pudo decir tan francamente: “El que me ha visto, ha visto al Padre” (Juan 14:9).

  1. Jesús ya no está con nosotros con su cuerpo físico, ahora está sentado a la diestra de Dios Padre en el cielo.   Así que el amor de Dios ha de personificarse hoy a través de nosotros, sus hijos e hijas.
  2. Mi testimonio no tiene vida, si mi vida no es un testimonio del amor de Dios.

HG/MD

“Porque ejemplo les he dado para que, así como yo se los hice, ustedes también lo hagan.” (Juan 13:15).