Lectura: Salmo 32:1-5

Durante el año 2024 han ocurrido algunos terremotos con una magnitud superior a 7 en la escala de Richter, los cuales sumados han causado al menos 330 muertes en el mundo. Estos terremotos mayores han causado pérdidas económicas en infraestructura por grietas y destrucción de aproximadamente $17.6 mil millones de dólares estadounidenses.

Aunque los terremotos pueden ser devastadores debido a las grietas y destrucción que producen, existe una grieta más universal y dañina que se produce en el corazón humano.

El rey David fue un ejemplo perfecto de ello. Y aunque exteriormente la vida de David parecía equilibrada y sin señales de agrietamiento, su interior, su cimiento espiritual, estaba endeble y quebradizo.

En su momento pensó que podía esconder su pecado de adulterio y asesinato (2 Samuel 11–12), pero la convicción que Dios produjo en él tras la confrontación con Natán hizo que comprendiera que negar la presencia del pecado tan sólo debilitaba el fundamento de su vida espiritual.

Para prevenir que esa grieta espiritual empeorara, David se arrepintió y confesó su pecado al Señor (Salmo 32:5). Como resultado, Dios cubrió su pecado y le dio el gozo del perdón.

  1. Nosotros también experimentaremos la gracia del Señor si confesamos nuestros pecados. Él nos perdonará por completo y cubrirá nuestras grietas espirituales.
  2. No permitas que las grietas espirituales del pecado te roben la paz.

HG/MD

“Bienaventurado aquel cuya transgresión ha sido perdonada y ha sido cubierto su pecado” (Salmo 32:1).