Lectura: Efesios 5:15-21
Un hombre se compró una moto Harley Davidson; ese había sido uno de sus sueños desde hacía ya algunos años. Sus hijos estaban saliendo de la Universidad, y disfrutaba de un empleo en una compañía de artículos para oficina en la cual, debido a su excelente trabajo, se desempeñaba en un alto puesto.
Luego de algún tiempo, se unió a un grupo local de motociclistas de fin de semana, y en uno de los paseos que organizaron, el motociclista líder empezó a acelerar y varios del grupo también hicieron lo mismo, hasta alcanzar velocidades que superaban el límite permitido por la ley. En ese momento aquel hombre se sintió tentado a unirse a estas personas, pero no lo hizo, ya que recordó algunas de las lecciones que había recibido en un estudio bíblico; lo que estaban haciendo era algo peligroso y por supuesto contravenía la ley, así que se contuvo y continuó a velocidad normal.
En ocasiones la forma en la cual algunas personas viven y actúan, nos parece mucho más atractiva y emocionante que nuestra forma de vivir de acuerdo con los principios bíblicos. Muchas veces nos vemos tentados a infringir la ley y por lo tanto desobedecer la Palabra de Dios, la cual nos llama a tener dominio propio (2 Timoteo 1:7) y a actuar de manera que nuestras acciones sea agradable ante los ojos de Dios (Romanos 12:1-2). El apóstol Pablo lo expone de la siguiente forma: “Miren, pues, con cuidado, cómo se comportan; no como imprudentes sino como prudentes” (Efesios 5:15).
Cuando estés pasando por ese tipo de situaciones difíciles, recuerda que no estás solo, pide al Señor su dirección y ayuda para discernir el mejor camino y así tomar decisiones sabias; cuanto más hagas esto serás más dependiente de Él, y al mismo tiempo encontrarás el verdadero gozo y satisfacción que provienen sólo de Dios.
- El sabio conoce los límites y los respeta, el necio no conoce fronteras.
- Es prudente ser obediente; el desobediente encontrará un fin acorde con sus acciones.
HG/MD
“Miren, pues, con cuidado, cómo se comportan; no como imprudentes sino como prudentes” (Efesios 5:15)