Lectura: Mateo 22:24-40

En muchos de los sistemas de metro hay carteles que previenen a los usuarios con la siguiente advertencia: “Tenga cuidado con la brecha” (Mind the Gap).  Estos avisos les recuerdan a las personas que usan este medio de transporte, que deben prestar atención al espacio que en muchas estaciones hay entre el tren y la plataforma de abordaje.

En otros metros, como en Estados Unidos, la advertencia se reduce a una imagen que ilustra la situación acompañada por la palabra: “Piense”.  Este mensaje es contundente, pues en medio de las rutinas del día a día, a menudo no pensamos mucho en lo que hacemos.

Esto también podría compararse con lo que en muchas ocasiones sucede en nuestra relación con Dios.  William H. Danforth (1870 – 1955) dijo lo siguiente: “Cuando es tan fácil que alguien piense por nosotros, la gran tentación es no pensar”.  Esto nos debe hacer reflexionar sobre la forma en la que adoramos y servimos a Dios.

Cuando al Señor le preguntaron, ¿cuál es el mayor de los mandamientos?, Él respondió: “Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón y con toda tu alma y con toda tu mente” (Mateo 22:37).  Esta contundente verdad dice que nuestras mentes han de estar plenamente rendidas a Dios, y nuestro ser conscientemente entregado a su amor con todo el corazón y alma.

En lugar de hacer las cosas para cumplir con la rutina, debemos estar conscientes de hacer participar a nuestra mente.  Cuando nos acercamos a Dios con un corazón humilde y una mente dispuesta, debemos forzarnos a pensar con creatividad e ilusión sobre nuevas formas de cómo expresar que le amamos.

  1. Pensar es un trabajo arduo, pero amar a Dios implica mucho más que eso, debe involucrar todo nuestro esfuerzo mental, unido al privilegio que nos da ser sus hijos e hijas.
  2. Debes mantener activamente a Dios en tus pensamientos si en verdad quieres que tu amor por Él crezca.

HG/MD

“Jesús le dijo: Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón y con toda tu alma y con toda tu mente.” (Mateo 22:37).