Lectura: Salmos 34:4-11

La hija de un conocido jefe mafioso de Chicago, escribió un libro en el que habla del miedo incómodo que acechaba continuamente su padre. Su muerte al estilo del hampa confirmó más tarde que sus temores no eran infundados.

Muchas personas viven con temores que para ellas son muy reales, como el terror del mafioso de la historia inicial, esto a pesar de que sus vidas sean buenas y estén con una excelente posición social.  Tomemos el caso de David, el autor del Salmo 34.  Él tenía razón para tener miedo porque estaba acosado por hombres que querían matarlo.  Sin embargo, su experiencia nos ayuda a ver la forma correcta de lidiar con el miedo.

Así como el fuego se puede utilizar para combatir el fuego (esta es una herramienta usada en fuegos forestales por los bomberos), el miedo puede ser utilizado para combatir el miedo.  David recordó a sus lectores que debían temer a Dios sobre todas las cosas, y así  podían entregarle en manos de Dios todos sus otros temores.  Cuando los creyentes aprenden a reverenciar a Dios y obedecerle, descubren que ellos son las personas más privilegiadas y favorecidas del mundo entero (vv.8-9).

“Prueben y vean que el Señor es bueno; ¡qué alegría para los que se refugian en él!

Teman al Señor, ustedes los de su pueblo santo,  pues los que le temen tendrán todo lo que necesitan.” (Salmos 34:8-9-NTV)

1. ¿Estás buscando la seguridad en un mundo donde las situaciones aterradoras y circunstancias inquietantes abundan?  No hay mejor manera de vivir cada día, que con un sano temor de Dios, una reverencia que crea el deseo de obedecerle.

2. Los que temen a Dios, le temerán menos a las situaciones de este mundo.

NPD/MDH