Lectura: Job 2:11-13

Sin lugar a duda un tema que debe estar muy claro es la importancia de aprender a escuchar y responder con eficacia en situaciones difíciles.

Una especialista en consejería compartió algunas de sus experiencias sobre escuchar a personas con problemas, y mencionó que suelen darle gracias por todo lo que ha hecho por ellas. Por ejemplo, decía que: “En muchas ocasiones, no “hice” nada. Sencillamente, escuché.”  Ella llegó a la conclusión de que esa es una manera muy eficaz de ayudar a otros.

Esta era la clase de ayuda que Job buscaba de parte de sus amigos. Aunque es cierto que se sentaron junto a él siete días en silencio, “porque veían que el dolor era muy grande” (Job 2:13), no escucharon cuando él empezó a hablar. En cambio, hablaron y hablaron, pero no lo consolaron (Job 16:2). “¡Oh, si yo tuviera quién me oyera!”, se lamentó Job (Job 31:35).

Cuando escuchamos somos capaces de comunicarle sin palabras a los demás: “Lo que te sucede es importante también para mí”. A veces, las personas quieren un consejo, pero a menudo lo único que necesitan es que quien las ama y se preocupa por ellas, las escuche.

  1. No es tarea fácil escuchar, lleva tiempo llegar a oír lo que el otro tiene en el corazón, para que así, al hablar, lo hagamos con sabiduría y tacto.
  2. Señor, danos un corazón amoroso y un oído atento.

HG/MD

“Sepan, mis amados hermanos: Todo hombre sea pronto para oír, lento para hablar y lento para la ira” (Santiago 1:19).