Lectura: Oseas 11:1-12

Fue un estudio fascinante de contrastes en la feria del condado. Un ranchero llevaba su ganado hacia el corral usando gritos, maldiciones y golpes.  Los animales estaban con los ojos desorbitados y difíciles de manejar.

A continuación, una niña de unos 14 años caminaba con su vaca ganadora de premios.  Ella le hablaba en voz baja y tranquilizadora al animal, acariciándole y tirando suavemente de la cuerda.  La hermosa Holstein caminaba tranquilamente hacia el corral.

Oseas, el profeta usó en su predicación la imagen de una granja para describir cómo el Señor conducía a su pueblo. Refiriéndose al viaje de Israel desde su cautiverio en Egipto, dijo Dios » Lo atraje con cuerdas de ternura, lo atraje con lazos de amor.» (Oseas 11:4). Dios había escuchado sus gritos de angustia en Egipto. Los guio con amor, como la granjera a su apreciada novilla,  Él los llevó al lugar de Su bendición.  Pero esa relación privilegiada estaba a punto de cambiar. Debido a la obstinada negativa de Israel de seguir al Señor, Él estaba a punto de enviarles hacia a aquellos que les oprimirían y les tratarían mal.

Gracias a Dios que Él elige conducirnos con «lazos de amor.»  El camino que estamos recorriendo es a menudo difícil, pero gracias a Él su conducción es suave.  Esto es posible si permitimos que la voz silenciosa del Espíritu lleve la Palabra de Dios a nuestros corazones, entonces vamos a estar contentos.

1. Dios tiene el futuro en sus manos, nos da de Su gracia lo suficiente cada día, a través de buenos y  malos momentos nos  pastoreará suavemente; nos pide tan sólo aceptar Su voluntad.

2. Dios nunca te lleva donde Su gracia no te guarde.

NPD/DCE