Lectura: 2 Crónicas 34:14-21

En 1987, una pareja del oeste de Michigan, los Zartman, compró cuatro libros en la venta de una propiedad. Se emocionó de encontrar que los libros contenían dos colecciones de cartas y sermones escritos por el predicador y autor de himnos John Newton (1725-1807), quien escribió el amado himno “Sublime Gracia” (Amazing Grace). También se incluía un conjunto de dos volúmenes de sus sermones basados en El Mesías de Haendel.

La familia de Newton había conservado estos escritos pasándolos de generación en generación a lo largo de los años. Luego, en la década de 1840, sus herederos trajeron los libros a los EE.UU.  Los se usaron por una organización que republicó  todas las obras de Newton en el 2007, en conmemoración del 200 aniversario de su muerte.  Luego de esto  los libros se donaron luego a un museo en Inglaterra.

Un hallazgo aún mayor se registra en 2 Crónicas 34:15. Durante el reinado de Josías en Judá, éste ordenó la reparación del templo. En el edificio, Hilcías, el sumo sacerdote, encontró el Libro de la Ley que le había sido dado a Moisés por el Señor. Cuando Josías “oyó las palabras de la ley” (v.19), se arrepintió de su pecado y más tarde se puso delante de su pueblo para hacer un pacto y cumplir todo lo que estaba escrito en el libro (v. 31).

La Biblia sigue siendo el mejor libro que podemos descubrir. En ella aprendemos lo que Dios quiere que hagamos para agradarle.

  1. ¿Aun te emocionas al leer las páginas de la Biblia y enterarte de su Sublime Gracia?
  2. Y aun más importante, ¿aun quieres aplicar a tu vida las verdades que en ella encuentras?

NPD/AMC