Lectura: 1 Corintios 3:9-15

Es común encontrar en los edificios y en otros tipos de obras, placas con la frase: “Esta obra fue realizada por la empresa…, en el año…”.  Para los años futuros, esas placas serán un testimonio de la calidad de obra que se edificó y la empresa o persona que la realizó.  Si estas construcciones y edificios permanecen, significa que han pasado la prueba del tiempo y serán recordadas porque cumplieron el estándar prometido.

Como creyentes, todo lo que hacemos, lleva nuestro nombre. En un día futuro, todas aquellas obras que hayamos realizado serán prueba del amor que tenemos hacia Dios; serán puestas a prueba y si prevalecen recibiremos una recompensa (1 Cor. 3:14); si por el contrario no la pasan, experimentaremos arrepentimiento y pérdida (1 Cor. 3:15).

La pregunta clave es: ¿Cómo cerciorarnos que nuestro servicio a Dios pase esta prueba?   La respuesta es muy simple y sencilla; la obtenemos en 1 Cor.3:11: “porque nadie puede poner otro fundamento que el que está puesto, el cual es Jesucristo”. Debemos edificar todo lo que hagamos sobre el fundamento de Cristo.  Al hacer todas las cosas en Cristo, seremos fortalecidos (Fil.4:13).

  1. Cuando sirvas al Señor recuerda para quién haces las cosas; ¿para que te vean a ti, o para que Cristo sea glorificado?
  1. Amamos a Cristo, y por ello le servimos.

HG/MD

“Porque nadie puede poner otro fundamento que el que está puesto, el cual es Jesucristo.”  1 Corintios 3:11.