Lectura: Proverbios 6:6-11

Al leer la lectura devocional, sin duda resalta el término: “Perezoso” (Proverbios 6:6, 9).  El diccionario lo define como: “Negligente, descuidado o flojo en hacer lo que debe o necesita ejecutar”.  Pero, hay una definición que me llamó la atención: “Que por demasiada afición a dormir se levanta de la cama tarde”.  De inmediato, lo asocié con el versículo de Proverbios 6:9 y comencé a pensar en todas las personas que considero dormilonas.

Pero, luego pensé en los hombres y mujeres que no enseñan ni disciplinan a sus hijos, el muchacho que se niega a ayudar con las tareas de la casa, o aquellos adolescentes que descuidan los estudios y pasan todo el día jugando en línea.

Si somos sinceros, todos somos susceptibles a caer en esto. ¿Qué podemos decir de ser “perezoso para orar” (1 Tesalonicenses 5:17-18); “perezoso para la leer la Biblia” (Salmo 119:103; 2 Timoteo 3:16-17); “perezoso para ejercitar los dones espirituales” (Romanos 12:4-8); o “perezoso para testificar” (Mateo 28:19-20; Hechos 1:8)?

Si no estamos haciendo lo que sabemos que Dios quiere que hagamos, somos indudablemente perezosos espirituales, y en realidad, cuando rehusamos obedecer a Dios, estamos pecando.

  1. Prestemos atención a las desafiantes y convincentes palabras del libro de Santiago: “Por tanto, al que sabe hacer lo bueno y no lo hace, eso le es pecado” (4:17).
  2. No seamos perezosos espirituales.

HG/MD

“Perezoso: ¿Hasta cuándo has de estar acostado? ¿Cuándo te levantarás de tu sueño?” (Proverbios 6:9).