Lectura: Santiago 3:1-12

Investigadores de la Universidad de Indiana-Universidad Purdue Fort Wayne (EE UU), determinaron en el año 2016, que al menos un 84% de las personas en internet miente, pero esto no es nada nuevo, ya el apóstol Pablo anotaba en el libro a Tito sobre esta fea costumbre: “siempre mentirosos” Tito 1:12.

Las mentiras se comunican generalmente con el uso de la lengua.  Esta pequeña parte del cuerpo humano que, pese a su tamaño, puede provocar un daño terrible a las reputaciones, destruir amistades y causar un dolor incalculable.

No obstante, la lengua también puede ser un instrumento de bendición y esperanza en tiempos de problemas, puede hacer brillar la verdad del evangelio en el valle oscuro de la muerte en la que todos nos encontramos en algún momento.

Esto no debería sorprendernos, las Escrituras nos advierten en muchas ocasiones con respecto a ser sabios con las palabras que pronunciamos con nuestra lengua.  Por ejemplo, en Proverbios 18:21 se nos dice lo siguiente: “La muerte y la vida están en el poder de la lengua”.  El rey David también nos indica: “Sus dientes son lanzas y flechas, y su lengua es como espada afilada” (Salmos 57:4) y Santiago nos advierte que la lengua es tan destructiva como el fuego.

  1. Usemos nuestras lenguas para bendecir a quienes nos escuchan, para edificarnos y para glorificar a nuestro Dios.
  2. La lengua es un pequeño órgano muscular, que puede causar discordia o armonía. Pide al Señor que te ayude para que la tuya sea de armonía.

HG/MD

“Ninguna palabra obscena salga de su boca sino la que sea buena para edificación, según sea necesaria, para que imparta gracia a los que oyen.” (Efesios 4:29).