Lectura: Salmos 100:1-5
¿Cuál es la cualidad del carácter que revela de una mejor forma la salud moral y espiritual de una persona? ¿El amor? ¿La integridad? ¿La amabilidad? ¿La confianza? Las opiniones sobre este tema son muy variadas.
El escritor y maestro alemán Otto Friedrich Bollnow (1903 – 1991), escribió algo interesante sobre este tema en su ensayo “¿Quién da gracias realmente?”: “Creo que no existe otra cualidad mediante la cual el hombre pueda revelar más adecuadamente el estado de su salud moral y espiritual interna, que su capacidad de dar gracias”.
Quizás no estás de acuerdo con la opinión del señor Bollnow; no obstante, cuando damos un vistazo a lo que dicen las Escrituras sobre este tema, nos encontraremos muchos versículos que expresan corazones que rebosan de agradecimiento a través de la alabanza y la adoración; por ejemplo: “¡Los pueblos te alaben, oh Dios! ¡Todos los pueblos te alaben!” (Salmos 67:3). “Entren por sus puertas con acción de gracias, por sus atrios con alabanza. Denle gracias; bendigan su nombre” (Salmos 100:4). “Dando gracias siempre por todo al Dios y Padre en el nombre de nuestro Señor Jesucristo” (Efesios 5:20).
Ahora que has leído estos versículos, reflexiona por algunos minutos sobre todo lo que tienes que agradecerle a Dios, por ejemplo: su perdón, su protección, su provisión, su presencia y su amor.
- Recuerda agradecer, ello te ayudará a mantener tu salud espiritual y moral en buen estado, y al hacerlo también honrarás el nombre de tu Creador.
- La acción de gracias es un curso del que nunca nos graduamos. ¡Da gracias!
HG/MD
“Bueno es alabar al Señor, cantar salmos a tu nombre, oh Altísimo.” (Salmos 92:1)