Lectura: Proverbios 1:8-19

Cuando un padre tuvo que despedirse de su hijo quien iba a estudiar en una Universidad muy lejos de donde vivía, le dio unos cuantos consejos para que enfrentara su nueva vida lejos del hogar:

  • Si una compañera te ofrece una menta para el aliento, acéptala.
  • No dejes que pequeñas diferencias de opinión destruyan una gran amistad.
  • Cuando cometas un error no temas decir: “Lo siento”.
  • Nunca preguntes a un barbero si necesitas un corte de pelo.
  • Confía en Dios, pero cierra tu habitación al salir.

Hace muchos siglos, otro padre también le ofreció consejos a su hijo. Esos consejos sobrevivieron al tiempo y a los intentos de destrucción, los encontrarás en un libro llamado: Proverbios.  A continuación, transcribimos algunos de ellos:

  • “Escucha, hijo mío, la disciplina de tu padre y no abandones la instrucción de tu madre” (Proverbios 1:8).
  • “Hijo mío, si los pecadores te quisieran persuadir, no lo consientas” (1:10).
  • “Confía en el Señor con todo tu corazón y no te apoyes en tu propia inteligencia” (3:5).
  • “Sobre toda cosa guardada, guarda tu corazón; porque de él emana la vida” (4:23).
  • “Aparta de ti la perversidad de la boca y aleja de ti la falsedad de los labios” (4:24).

Es una realidad, los padres han estado aconsejando a sus hijos durante siglos, pero también durante siglos, tristemente muchos hijos han estado ignorándolos, creyendo que sus padres no saben lo que dicen.

Todos, en algún momento de la vida pensamos que nuestras experiencias son únicas y que somos autosuficientes.  No obstante, este es tan sólo en espejismo en el que caemos al dejar que nuestro orgullo tome el control, ya que a pesar de que creamos eso, existen muchísimas experiencias que, aunque no lo creamos compartimos con nuestros padres. Cuando un buen padre da un consejo, en realidad la mayoría de las veces está hablando sobre su propia experiencia, o ha visto cómo otros en su camino se han equivocado y busca que no caigamos en esos errores.

  1. Si aún eres joven, la próxima vez que tu mamá o papá te den sus consejos sobre la vida, dales la oportunidad, quizás sepan lo que dicen.
  2. Pero, si ya los años han pasado y has dejado atrás tu juventud, recuerda los sabios consejos de tus padres, y si no tuviste esa bendición, siempre contarás con el maravilloso y perfecto consejo que encontrarás de tu Padre Celestial en su Palabra.

HG/MD

“Escucha, hijo mío, la disciplina de tu padre y no abandones la instrucción de tu madre” (Proverbios 1:8).