Lectura: 2 Corintios 5:11-21

Un amigo está muy involucrado en el ministerio de la rehabilitación, se siente muy realizado al poder ayudar a personas con problemas de adicción y cada día que trabaja con ellas, descubre que Dios está muy presente en los ministerios que están enfocados en la rehabilitación de nuestros semejantes, y sobre todo cuando esa ayuda viene acompañada del mensaje de salvación, lo cual produce en las personas no solamente cambios externos, sino también internos.

Debemos estar conscientes que los drogadictos no son los únicos que necesitan cambiar.  Todos necesitamos cambiar sin excepción, ya que estamos por debajo de la norma de Dios.  Quizás no tengamos problemas con el alcohol, o los juegos de azar, ni seamos esclavos de las drogas, pero todos somos adictos a algo más peligroso, el pecado.  Necesitamos ser rescatados de las garras del pecado, y solamente al aceptar nuestra culpa y el sacrificio sustitutivo de nuestro Señor, podemos llegar a ser una nueva criatura en Cristo (2 Corintios 5:17).

Gracias a nuestro Señor fuimos incluidos en la familia de Dios, el día que recibimos a Jesús. Esta relación que inició el día de nuestra salvación no acaba allí, este es tan sólo el inicio; se trata de una aventura que involucrará el resto de nuestras vidas. El apóstol Pablo describe esta relación de la siguiente manera: “estando convencido de esto: que el que en ustedes comenzó la buena obra, la perfeccionará hasta el día de Cristo Jesús” (Fil.1:6).

Así que, cualesquiera que sean nuestros hábitos pecaminosos, todos necesitamos al mismo Salvador.  Y podemos decir junto al poeta inglés John Newton (1725-1807): “Sublime gracia del Señor, que aún infeliz salvó”.

  1. ¿Estás dispuesto a dejar que Cristo te transforme internamente y llegue a ser el Señor y Salvador de tu vida?

 

  1. El cambio real y progresivo de nuestra conducta, siempre iniciará con un cambio de corazón y el único que puede hacerlo es nuestro amado Jesús.

HG/MD

“De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas.” (2 Corintios 5:17)

Nota: imagen destacada: sólo para fines ilustrativos