Lectura: Mateo 5:17-24

¿Qué harías con el fin de arreglar las cosas con un hermano al que no le has hablado por más de 10 años? ¿Estarías dispuesto a viajar por más de 450 kilómetros, sobre un pequeño vehículo de los que se usan para cortar césped?

Esta es una historia real, y fue lo que hizo un hombre, pues no le gustaba viajar en auto y no toleraba subir a un autobús.  Era un hombre de 73 años quien decidió que era suficiente de odios y amarguras, y por lo tanto, no valía la pena seguir distanciado; así que decidió emprender este fabuloso viaje con el fin de restablecer la relación con su hermano.

Al leer esta historia por primera vez, reflexioné sobre todas las relaciones rotas que deben existir entre personas que conozco, lo cual causa que se mantengan alejadas de sus amigos y seres queridos debido al orgullo, odio u obstinación.  Inmediatamente, recordé las palabras del Señor con respecto a arreglar las cosas con quienes nos hemos enojado.  El Señor nos enseñó lo siguiente: “Por tanto, si has traído tu ofrenda al altar y allí te acuerdas de que tu hermano tiene algo contra ti,  deja tu ofrenda allí delante del altar, y ve, reconcíliate primero con tu hermano, y entonces vuelve y ofrece tu ofrenda” (Mateo 5:23-24).

  1. Si estás pasando por una situación la cual causa enemistad con un amigo, hermano, hijo, padre o madre, medita por un momento y trata de arreglar la relación con esa persona a la cual extrañas debido al alejamiento.
  2. Al ofender a tu prójimo, estás levantando una barrera que te separa de Dios.

HG/MD

“Perdónanos nuestras deudas, como también nosotros perdonamos a nuestros deudores” (Mateo 6:12).