Lectura: Efesios 2:1-10

Si alguna vez has ido a una entrevista laboral, posiblemente te habrán preguntado: “¿Y qué habilidades tiene usted?”

Esta pregunta es muy común ya que el entrevistador busca conocer si la persona va a encajar en un determinado puesto.  Cuando me han hecho esa pregunta, normalmente pienso en algunas de mis capacidades y talentos, con la esperanza de enfatizar aquellas cualidades particulares que poseo y pienso que pueden contribuir con el éxito de la compañía.

Pero, ¿qué pasaría si ya tuviéramos las habilidades requeridas para llevar a cabo las tareas que Dios quiere que hagamos?  La realidad es que sí las tenemos.  Los dones espirituales con que Dios nos ha provisto (1 Corintios 12:4-7), sumando además nuestras experiencias, capacitaciones, talentos y nuevo corazón, nos permiten llevar a cabo las “buenas obras” que el Señor preparó de antemano (Efesios 2:10).

Así que, si sientes que Dios te está llamando para que le sirvas en alguna área, y si está de acuerdo con su voluntad, Él te proporcionará lo necesario para que completes esa tarea.  Lo único que Dios requiere de ti es que seas: “…hallado fiel” (1 Corintios 4:2).

  1. Hagamos el bien y seamos “ricos en buenas obras” (1 Corintios 6:8).
  2. Los dones espirituales te fueron brindados para que los uses al servicio de Dios y de otros, y no para que te admiren.

HG/MD

“Fiel es esta palabra.  Acerca de estas cosas, quiero que hables con firmeza para que los que han creído en Dios procuren ocuparse en buenas obras. Estas cosas son buenas y útiles a los hombres” (Tito 3:8).