Lectura: Génesis 5:18-24

Mientras hacían una filmación en una mina de carbón para el noticiero de la noche, un periodista notó algo que llamó poderosamente su atención, cerca de la entrada de la mina crecía una planta con delicadas flores blancas.

El hombre se sorprendió en aquella montaña, donde el viento soplaba y el polvo de carbón se levantaba por doquier. Las personas que se encontraban filmando fueron testigos de ello, pues tuvieron que limpiar sus equipos varias veces y por supuesto el polvo de carbón también se posaba sobre la delicada planta; no obstante, ella permanecía pura y blanca.

Uno de los mineros notó el interés del periodista, así que literalmente tomó el polvo negro que había en sus guantes y lo vertió encima de aquella planta; pero para sorpresa de todos, no se le pegó ni una partícula de aquel hollín negro, incluso el periodista mismo hizo el experimento y el resultado continuó siendo igual, nada pudo manchar o alterar la blancura de aquella flor.

Esto ilustra perfectamente la vida de nuestro Señor aquí en la tierra, el libro de Hebreos registra las siguientes palabras: “él fue tentado en todo igual que nosotros pero sin pecado” (Hebreos 4:15), y de esa misma manera el Señor nos llama a vivir una vida de santidad; en el libro de Levíticos 20:7 se nos hace ese llamado y Pedro lo reafirma en 1 Pedro 1:15-16.

El mundo actual está lleno de influencias negativas e impuras que nos instan a pecar, es por esto que, en estos días en los cuales recordamos el memorial de la muerte y resurrección de nuestro Señor, realicemos un autoexamen para evaluar nuestra vida como creyentes.

  1. Otro de los elementos de la última semana de nuestro Señor en esta tierra, fue Su pureza, sin la cual no hubiera sido posible nuestra salvación. Jesús nos llama a imitarle y a vivir según su carácter y prioridades, tal como lo dijo el apóstol Pablo en Efesios 5:1 “Sed, pues, imitadores de Dios como hijos amados”.
  2. Si el Señor puede mantener una flor blanca en medio del carbón, por su gracia podrás mantenerte limpio en medio de un mundo sucio.

HG/MD

Antes bien, así como aquel que los ha llamado es santo, también sean santos ustedes en todo aspecto de su manera de vivir  ” (1 Pedro 1:15).