Lectura: Juan 13:33-38

En medio de la pandemia en la cual estamos, muchas personas han perdido seres queridos, amigos o conocidos, la enfermedad no reconoce tamaño, edad, sexo, condición social, esposos, esposas, hijos, hijas, o si somos o no creyentes, y es por ello que algunas personas se preguntan ¿por qué Dios permitió que murieran otros y yo no?, anhelando quizás estar con el Señor y con su ser querido amado.

Quizá la vida sea muy difícil para ti o para un ser querido, y te preguntas por qué Dios ha permitido que tú o esa otra persona sigan con vida. Cuando Jesús dijo que se iba al cielo, Pedro preguntó: “Señor, ¿por qué no te puedo seguir ahora?” (Juan 13:37). Como en su caso, tal vez tú te preguntes por qué se ha pospuesto tu entrada al cielo: “¿Por qué no ya?”.

Debes comprender que Dios tiene un propósito perfecto y amoroso para todo, y en tu caso Él decidió que continuaras con vida.  Tienes una obra que hacer aquí en esta tierra, no te puedes pensionar de la vida cristiana, tienes un mensaje de salvación que llevar a otros sin importar la edad que tengas.

Las aflicciones en esta vida son momentáneas, y producen: “…un eterno peso de gloria más que incomparable” (2 Corintios 4:17).  Tu presencia en este mundo es valiosa, ora por otros, sirve en un ministerio, comparte con quien menos tiene, ten compasión, perdona, pide perdón, disfruta tu familia y amigos, lleva la luz del mensaje de salvación a muchos que aún están perdidos y sin esperanza en este mundo.

  1. Aunque creas que el cielo se atrasa, Dios tiene sus razones, ¡no hay duda de eso!
  2. Aunque tal y como lo indicó el apóstol Pablo: “Porque para mí el vivir es Cristo” (Filipenses 1:21-26); y agregó que: “el morir es ganancia”, tu paso a la eternidad tendrá su momento determinado por Dios, en el tanto vive y sirve.

HG/MD

“Porque para mí el vivir es Cristo, y el morir es ganancia” (Filipenses 1:21).