Lectura: Hebreos 11:8-16

Es bien conocido el refrán “poner los pies sobre la tierra”, literalmente esto hace referencia a evitar que nuestros sueños se apoderen de nuestra realidad, dicho de otra forma, existen personas que tienen tanto su cabeza en las nubes, que olvidan que debemos seguir viviendo en este mundo.

No obstante, el escritor de Hebreos nos indica que existe una manera adecuada de tener nuestro pensamiento en el cielo, y es la que le permitió a Abraham, Isaac y Jacob vivir por fe aun cuando vivían en tiendas en Canaán (Hebreos 11:8-10).

El escritor C. S. Lewis (1898-1963), en su libro “Cristianismo y nada más”, escribió lo siguiente: “Si uno lee la historia se da cuenta de que los cristianos que más contribuyeron al mundo actual fueron los que más pensaban en lo venidero.  Los apóstoles mismos… grandes hombres que construyeron la Edad Media, los ingleses que abolieron la esclavitud, todos dejaron su marca en la tierra, precisamente porque sus mentes estaban ocupadas con el cielo.  Es mayormente desde que los cristianos dejaron de pensar en el otro mundo que se han vuelto tan ineficaces en este.  Si apuntamos a las cosas del cielo, las de la tierra vienen por añadidura”.

Así que, sí existe una forma adecuada de tener nuestra mirada en las cosas superiores del cielo, mientras acá en la tierra vivamos acorde a la esperanza que nos inspira el Dios de los cielos.

  1. Si nuestras mentes están ocupadas en el cielo, inevitablemente esto se reflejará en nuestro carácter y prioridades acá en la tierra.
  2. Nuestra esperanza está puesta en el Dios de los cielos y la tierra.

HG/MD

“Porque nuestra ciudadanía está en los cielos, de donde también esperamos ardientemente al Salvador, el Señor Jesucristo” (Filipenses 3:20).