Lectura: Proverbios 30:24-28

Alrededor del mundo, existen varios zoológicos que dedican parte de sus exhibiciones a los pequeños gigantes del reino animal: los insectos. Para ello hacen uso de mini exhibiciones, películas microscopios, juegos, figuras animatrónicas, entre muchas otras ideas.

El encargado de una de estas exhibiciones comentó que eran capaces de tener, en un espacio relativamente pequeño, a más de 100.000 insectos exhibidos al mismo tiempo, incluso indicó que, de contar con las condiciones adecuadas, eran capaces de exhibir hasta 1 millón de insectos.

En Proverbios 30, el sabio conocido como Agur, también se maravilla de estas pequeñas criaturas y les endilga algunas virtudes humanas.

“Cuatro cosas son de las más pequeñas de la tierra, y las mismas son más sabias que los sabios:  las hormigas, pueblo no fuerte, pero en el verano preparan su comida; los conejos, pueblo no poderoso, pero tienen su casa en la roca; las langostas, que no tienen rey, pero salen por cuadrillas; y la lagartija, que atrapa con las manos, pero está en los palacios del rey” (Proverbios 30:24-28).

Puede suceder que algunas veces te sientas pequeño e insignificante como un insecto.  Cuando te sientas así, recuerda que Dios exhibe Su sabiduría y grandeza incluso por medio de sus creaciones más pequeñas.

  1. La sabiduría de Dios les es dada a quienes humildemente la piden (Santiago 1:5-8).
  2. Recuerda que Su poder se perfecciona en la debilidad (2 Corintios 12:9).

HG/MD

“Y me ha dicho: “Bástate mi gracia, porque mi poder se perfecciona en la debilidad”. Por tanto, de buena gana me gloriaré más bien en mis debilidades, para que habite en mí el poder de Cristo.” (2 Corintios 12:9).