Lectura: 2 Corintios 5:12-21

Al papá de un amigo le gustaba mucho pintar cuadros con la técnica de la extrapolación por cuadrícula, la cual consiste en cuadricular una pintura pequeña o por lo general una fotografía, y luego tomar un lienzo en blanco más grande y con cuidado realizar una cuadrícula más grande, con la misma cantidad de cuadros que tiene la pintura o fotografía original.

Luego de esto, su papá se dedicaba a copiar los colores que contenía la pintura pequeña cuadriculada con tizas pastel, y las pintaba en el cuadro más grande tratando de copiar los mismos colores que el pintor original había usado.  Solía trabajar en esto los sábados por la tarde, junto a una taza de café y un trozo de pan hecho en casa.

En ocasiones nos sentábamos varios minutos a ver cómo cobraba vida el nuevo cuadro, que era literalmente trasladado de una pequeña fotografía a un lienzo más grande.  Finalmente, luego de cientos y en ocasiones miles de finos trazos de color, nacía una nueva obra de arte gracias al esfuerzo y paciencia de este artista.

La paciencia de este hombre al traer una obra de arte a la vida, me recuerda a nuestro padre celestial.  Al inicio de la vida estamos limpios sin nada en nosotros, luego se empiezan a ver los trazos y colores de la vida y también, en muchas ocasiones, se evidencian las imperfecciones que tenemos, es ahí cuando su mano tierna y amorosa empieza a colocar nuevos colores donde antes había errores, haciendo que cada vez se vean mejor, hasta convertirnos en una obra maestra de Sus manos, “conformes a la imagen de su Hijo” (Romanos 8:29).

  1. Cuan increíble es nuestro Dios, Él es capaz de hacer de un desastre una nueva criatura (2 Corintios 5:17), nunca se cansará de invertir tiempo y esfuerzo en nuestras vidas para que cada vez seamos más parecidos a Él.
  2. Tan solo Dios puede transformar un alma manchada de pecado en una obra maestra de Su gracia.

HG/MD

“De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas” (2 Corintios 5:17).