Lectura: Gálatas 6:6-10

Era mayo de 1940 y Hitler estaba enfocando todas sus fuerzas contra Inglaterra. Durante la Segunda Guerra Mundial, en medio de estas terribles circunstancias, le pidieron a Winston Churchill, que le hablara a la nación debido que estaban desanimados, él pronunció las siguientes palabras: “Defenderemos nuestra isla cualquiera que sea el costo; pelearemos en las playas, pelearemos en los sitios de desembarco, pelearemos en los campos y en las calles, pelearemos en las colinas: nunca nos rendiremos”.

Como creyentes, también pasaremos por momentos en los cuales nos sentiremos desanimados, pero, así como lo dicen las palabras que Churchill dirigió a su pueblo, nosotros nunca debemos rendirnos, y menos si hablamos de nuestra lucha contra el pecado que nos debe hacer recordar nuestra dependencia de Dios.

Es necesario que seamos obedientes a Dios en las buenas y en las malas, en las victorias y en las derrotas; levantarnos cuando hemos caído, volver a intentarlo sin olvidar que Dios está obrando en nosotros para lograr Sus propósitos (Filipenses 1:6; 2:13); hacer Su voluntad en nuestra vida, con el convencimiento de que algún día estaremos en Su presencia.

  1. Dios es extraordinariamente persistente, Él no desistirá de ti y nunca se rendirá.
  2. La perseverancia puede inclinar la balanza del fracaso hacia el éxito.

HG/MD

“No nos cansemos, pues, de hacer el bien porque a su tiempo cosecharemos, si no desmayamos” (Gálatas 6:9).