Lectura: Isaías 46:4-13
¿Hola, cómo estás? Este es un saludo que comúnmente realizamos sin pensar mucho en lo que decimos. Pero, cuando se lo decimos a alguien enfermo, con muchos problemas o que está enfrentando las consecuencias de envejecer, esa simple pregunta puede llevarnos a un sin número de emociones.
Un buen amigo ya anciano y con muchos dolores a causa de diversas enfermedades, al hacerle esta pregunta me respondió: “Sabes, la vejez no ha sido muy amigable conmigo”, y luego añadió: “pero Dios ha sido bueno conmigo en cada paso del camino”.
Al evangelista Billy Graham (1918-2018), también le preguntaron algo similar y respondió de esta manera: “Nunca pensé que viviría hasta esta edad”; y lo dejó registrado en su libro Casi en casa, diciendo: “Ahora soy viejo, y créanme, no es fácil”.
No obstante, Graham añadió: “En tanto que la Biblia no soslaya los problemas que enfrentamos al envejecer, tampoco pinta a la vejez como un tiempo que haya que aborrecer o una carga que haya que aguantar apretando los dientes”. Luego menciona algunas de las preguntas que le surgieron con la edad: “¿Cómo podemos no sólo aprender a hacerle frente a los temores, luchas y limitaciones crecientes que enfrentamos, sino también a fortalecernos por dentro en medio de todas estas dificultades?”.
El profeta en Isaías 46, escribió que Dios nos asegura: “Hasta su vejez yo seré el mismo, y hasta las canas yo los sostendré” (Isaías 46:4).
Nadie, sabe cuánto vivirá en esta Tierra o lo que le espera al envejecer, pero una cosa sí es segura: Dios nos cuidará hasta el fin de nuestros días.
- No tengas miedo de envejecer; ¡Dios te acompaña en el camino!
- Señor, enséñanos a envejecer a tu lado para tomar decisiones sabias cada día.
HG/MD
“Hasta su vejez yo seré el mismo, y hasta las canas yo los sostendré. Yo lo he hecho así, y los seguiré llevando. Yo los sostendré y los libraré” (Isaías 46:4).





0 comentarios