Lectura: Lucas 10:38-42
Cuando tengo que ir a hacer algún trámite a la ciudad siempre recorro el mismo camino para ir y volver a casa, y en el recorrido siempre veo una cantidad alarmante de conductores distraídos.
Los veo hablando por teléfono o enviando mensajes, pero ¡también he visto a quienes leen una revista, se maquillan o comen cereales mientras tratan de maniobrar un auto a más de 120 kilómetros por hora! A veces las distracciones son breves e inofensivas, pero, en un vehículo en movimiento pueden matar.
Y es que, en ocasiones las distracciones pueden afectar nuestra relación con Dios. Así se sintió Jesús en cuanto a su amiga Marta, ya que ella “se preocupaba con muchos quehaceres” preparando la comida (Lucas 10:40). Cuando Marta se quejó de que María su hermana no la ayudaba, al parecer debido a su devoción a Cristo y sus enseñanzas, Jesús le dijo: “Marta, Marta, te afanas y te preocupas por muchas cosas. Pero una sola cosa es necesaria. Pues María ha escogido la buena parte, la cual no le será quitada” (Lucas 10:41-42).
Marta tenía buenas intenciones al desenfocarse, pero estaba desaprovechando la oportunidad de escuchar a Jesús y disfrutar de Su presencia, así que seamos como María; los quehaceres rutinarios siempre nos acompañarán, pero un buen tiempo a solas con Dios es incomparablemente importante.
- El Señor merece nuestra devoción más profunda, y Él es el único que puede capacitarnos plenamente para evitar cualquier distracción en la vida.
- Apartemos un tiempo a solas con Dios cada día, los resultados serán excelentes.
HG/MD
“Pero una sola cosa es necesaria. Pues María ha escogido la buena parte, la cual no le será quitada” (Lucas 10:41).
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