Lectura: Romanos 8:18-30
Muchas veces citamos el versículo de Romanos 8:28 de la siguiente forma: “A los que aman a Dios, todas las cosas ayudan a bien”, no obstante, el versículo dice mucho más que eso: “Y sabemos que Dios hace que todas las cosas ayuden para bien a los que lo aman; esto es, a los que son llamados conforme a su propósito”. Es importante hacer notar que el versículo inicia con las palabras: “Y sabemos”, lo cual implica que nuestro conocimiento proviene de la fe. Por fe tenemos la confianza de que Dios nunca nos va a decepcionar. Y lo segundo, que es bueno hacer notar, son las palabras: “…a los que son llamados conforme a su propósito”, esto indica que no está hablando de forma general, sino que se refiere a aquellos que han sido llamados o salvos por la fe, mediante la obra redentora de nuestro Señor (Efesios 4:1-4).
Se cuenta la historia de un hombre quien sufrió un naufragio, y quedó como único sobreviviente en una pequeña isla deshabitada. En medio de esta situación oró para que Dios lo rescatara; no obstante, la ayuda no llegó. El hombre no se quedó con los brazos cruzados, sino que, para hacer más soportable su estadía en aquel lugar, decidió construir una choza con unas tablas que llegaron flotando a la playa.
Un día que regresaba de buscar algo de fruta y pescado, notó un olor a humo, así que salió corriendo y cuando llegó encontró la choza en llamas, el humo era tan intenso que subía oscureciendo el cielo azul de aquel día. Enojado le gritó a Dios: “¿Cómo me has hecho esto?”, y lloró amargamente todo aquel día y parte de la noche, tratando de reconstruir la choza. A la mañana siguiente, lo despertaron unas personas que llegaron en un barco mercante; él les preguntó: “¿Cómo supieron que estaba aquí? A lo cual le respondieron: “Ayer vimos una columna de humo y sentimos curiosidad?”
A veces el amor de Dios es muy difícil de entender, debido a las dificultades que en ocasiones Él permite que nos visiten; sin embargo, su amor siempre está ahí, aunque en ocasiones nos cueste verlo (Romanos 5:3-6).
- Cuando creas que estás sin esperanza, recuerda que “sabemos”, que todas las cosas ayudan para bien a quienes hemos puesto nuestra confianza en Dios.
- En ocasiones, Dios puede probar nuestra fe para fortalecer nuestra fidelidad.
MD/HG
“Y sabemos que Dios hace que todas las cosas ayuden para bien a los que lo aman; esto es, a los que son llamados conforme a su propósito” Romanos 8:28