Lectura: Juan 8:21-36

Es impactante pensar que desde los primeros días de la iglesia los mártires daban su vida antes de negar a Cristo, e incluso es más impresionante que aún en nuestros días miles de creyentes estén sufriendo persecución, encarcelamiento e incluso la muerte.  De hecho, de acuerdo con datos de ministerios dedicados a dar a conocer la vida de los mártires, nos muestran que en los últimos 100 años han muerto más personas por la causa de Jesús, que en todos los siglos anteriores desde la aparición del cristianismo.

Aunque por la misericordia del Señor, la mayor parte de personas que confiamos en Él, hemos sido librados de sufrir por la lealtad a Cristo, puede que en algunas ocasiones experimentemos el rechazo de la familia o de amigos, debido a nuestro testimonio como creyentes.  O puede ser, que en algunas ocasiones pensemos que estamos haciendo el ridículo al compartir con alguien nuestra fe, y que como respuesta esa persona se burle de nosotros.

En una ocasión, Pedro se refirió a cuánto habían renunciado él y los discípulos  por seguir a Cristo (Luc.18:28).  Jesús le contestó: “De cierto les digo que no hay nadie que haya dejado casa, mujer, hermanos, padres o hijos por causa del reino de Dios,  que no haya de recibir muchísimo más en este tiempo, y en la edad venidera la vida eterna” (Luc.18:29-30).

  1. Recuerda, lo que hoy parece ser una pérdida en este mundo, demostrará a futuro ser la mejor de las ganancias debido a la maravillosa gracia de Dios.
  1. Tal y como dijo Jim Elliot: “No es tonto el que da lo que no puede retener, para obtener lo que no se puede perder”.

HG/MD

“De cierto les digo que no hay nadie que haya dejado casa, mujer, hermanos, padres o hijos por causa del reino de Dios,  que no haya de recibir muchísimo más en este tiempo, y en la edad venidera la vida eterna” Lucas 18:29-30.